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El alcoholismo es una enfermedad crónica cuya intervención se debe hacer desde distintos ámbitos: atención terapéutica, búsqueda de recursos, relaciones entre instituciones… es por ello necesario la intervención del Trabajo Social para que la rehabilitación sea eficaz.
El alcoholismo es una enfermedad
El alcoholismo no es un vicio como muchas veces se piensa, es una enfermedad crónica. Aunque sea crónica, no quiere decir que una persona no pueda dejar de beber (que esto puede ser bastante fácil), sino lo que la convierte en crónica es la facilidad del enfermo/a en recaer. Es importante recordar que la recaída forma parte el proceso de recuperación.

Una persona con esta enfermedad tiene un deterioro en las áreas psíquicas, sociales y biológicas; no existe una curación para ello y es poco frecuente su recuperación.
Consumir alcohol, no significa que seas una personas alcohólica, esto dependerá de las cantidades y durante el tiempo que se prolongue, además, se considera un problema existe una dependencia sobre su consumo.
La dependencia se da en dos aspectos: física (el organismo empieza a tolerar la sustancia y necesita más cantidad para tener el mismo efecto; y si se deja de consumir se produce el síndrome de abstinencia) y por otro lado psicológica, donde se reducen las interacciones sociales, laborales o recreativas.
Una dependencia tanto física como psíquica con el alcohol se ve en este vídeo de Televisión Española, donde una persona llegó a prostituirse para poder beber:
La intervención desde el CAID
Los Trabajadores/as Sociales, junto a otros profesionales, forman parte de los Centros de Atención Integral a Drogodependientes (CAID). El proceso de atención es integral y consta de una serie de etapas, etapas que en muchas ocasiones no son fáciles de delimitar:

Atención a la demanda inicial
Esta fase lleva dos actuaciones de intervención, por un lado la recepción y por otro lado la acogida. La recepción es el prime contacto que se tiene con el usuario/a y éste con el recurso; se suele hacer por parte del personal administrativo e incluye una recogida de datos iniciales y asignación de una primera cita con un profesional. La segunda parte, la acogida, es la entrevista con el profesional; el Trabajador/a Social tiene el primer contacto con el paciente donde hay una triple dimensión como la relación, la técnica o el proceso. En esta parte se crea una serie de objetivos.
Valoración interdisciplinar
El paciente debe ser valorado teniendo en cuenta las áreas sanitaria, psicológica, social y ocupacional, de forma que, a través del análisis de la información referente a estas 4 áreas, pueda realizarse una evaluación del paciente en función de las 7 dimensiones señaladas en el modelo de atención integral (salud y auto-cuidados, psicopatología, consumo, familiar, socio-relacional, formativo-laboral y de ocio).
Por lo que se refiere al área social, es en esta etapa en la que el trabajador social recaba los datos y la información necesaria para poder realizar un diagnóstico social del paciente. El instrumento más importante de que el Trabajador Social dispone para realizar una recogida sistemática de la información es la Historia Social.
Evaluación multidimensional y diseño del Programa Personalizado de Intervención (PPI)
El equipo diseña un programa personalizado de intervención (PPI) adecuado a la situación del paciente, que deberá incluir:
- Los objetivos que se pretender conseguir con la intervención
- Las actividades a desarrollar para la consecución de dichos objetivos
- Los recursos de apoyo que se consideran necesarios
El Trabajador Social es el profesional que asesora al equipo acerca de la situación social del paciente, de las necesidades sociales que presenta y acerca de los recursos de apoyo más adecuados a utilizar para conseguir los objetivos fijados en el PPI. Entre los recursos de apoyo que pueden resultar necesarios a lo largo de la intervención, existen algunos para cuya coordinación, el papel del Trabajador Social resulta de vital importancia (recursos sociales, de empleo, formativos, convivenciales, etc.). Una vez realizado el diseño inicial del PPI, deberá ser consensuado con el paciente. Resulta fundamental realizar una devolución de los resultados de la valoración multidimensional al paciente y, a veces también, a la familia, como paso previo a la definición y concreción del programa de intervención.
Desarrollo del PPI
Una vez diseñado el PPI y consensuado con el paciente, se inicia el proceso de intervención o desarrollo del mismo, que implica la puesta en práctica de la metodología, las estrategias y las actuaciones específicas, que resulten necesarias en cada caso y la implicación de los recursos de apoyo al tratamiento y a la reinserción que sean precisos, ya se trate de servicios y recursos de la propia red del Instituto de Adicciones o de otras redes sanitarias o sociales. El desarrollo del PPI incluye, además, el seguimiento y la evaluación continua del mismo por parte del equipo terapéutico, de forma que puedan introducirse las modificaciones necesarias en función de la evolución del paciente. El nivel o la intensidad de la intervención del Trabajador Social en el desarrollo del PPI dependerán en gran medida, de la mayor o menor presencia de factores de riesgo de exclusión social, de modo que, a mayor presencia de riesgo de exclusión, la intensidad o el peso de la intervención del trabajador social en el caso, deberá ser mayor.
Es muy importante tener en cuenta que la intervención debe ser no solo con el individuo, sino también con la familia y con la comunidad.
En las interacciones con las familias resulta siempre esencial la creación de un ambiente de escucha y confianza que facilite la comunicación y la expresión de los problemas y las dificultades
Recursos
A continuación te presento una serie de recursos que te serán de utilidad a la hora de intervenir con una persona con problemas de adiciones como el alcohol.
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2 comentarios en «La intervención del Trabajo Social con una persona alcohólica»
Yo no estoy de acuerdo con que sea una enfermedad, nadie jamás podría pedir solo por hoy y dejar de estar enfermo, alguien con cáncer por mas voluntad que tenga no podrá dejar su mal, pero un vicioso, alcohólico o drogadicto si tuviera un poco de voluntad o amor propio o de su familia, dejara ese mal.
y por si alguien se ofende… fui un asco de persona y hablo de lo que aprendí al vivir en esa situación, así que hablo con conocimiento y experiencia propia.
Hola, me gustaría recibir información, opciones de tratamiento y cómo proceder con un familiar con adicción al alcohol. Gracias