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Reconocer al otro como un ser libre, con capacidades y emociones propias.
En mi experiencia de trabajo con grupos de familias fui descubriendo y conociendo a mayor profundidad las diversas situaciones en la que las mismas se hallaban, teniendo en cuenta el contexto sociocultural, económico y político.
La familia constituye el primer grupo esencial de la socialización por lo cual es el centro y ejemplo para las relaciones sociales, las técnicas de intervención son nuestras herramientas base en la relación de ayuda, es el espacio que nos permite reconocer al otro como un ser libre, con capacidades y emociones propias, puesto que cada persona a nuestro alrededor merece respeto a su dignidad, y al alcance de sus derechos.
Como trabajadores sociales, hemos sido capacitados para poder entender la dinámica de los problemas sociales, y para entenderlo, habría que vivenciarlo.
“Dejarles ser”
Recordemos que los procesos metodológicos son pasos que guían nuestra intervención, pero quien toma rienda de su vida es la propia persona cuando toma conciencia y decide modificar su situación, respetando su tiempo, puesto que ese cambio implica afrontar todo tipo de temores e incertidumbres.

Para ello, considero que el compromiso y acompañamiento del profesional es la clave en el proceso educativo para el cambio del individuo/familia, y debemos transmitir el mensaje de que son ellos capaces de lograr lo que desean, sin modificar su esencia sino potenciarlo cada vez más.
No jugamos al papel de jueces, de asumir o dar por hecho subjetividades dentro de la relación de ayuda porque condicionaríamos tal situación y afectaría la calidad en el proceso de intervención del ejercicio profesional.
Cada familia es un mundo, cada persona es especial, y la empatía desde su enfoque cognitivo y emocional nos brinda la oportunidad de entender y reflexionar acerca de los contextos individuales y familiares para lograr conectarnos con la otra persona y su situación, como sabemos, no existe una única fórmula en la cual apoyarnos para dar soluciones a los conflictos existentes, por eso, transformar realidades implica un trabajo mutuo orientado en la confianza y en el sentido de la escucha activa.
Desde nuestro campo de acción, nos encontramos con múltiples desafíos y en ocasiones difíciles de abordar cuando se tratan de problemáticas estructurales en donde el sistema político no colabora de manera eficaz para dar respuesta a las necesidades básicas de su población.
El rol del trabajador social hoy día constituye un aspecto fundamental en la sociedad, puesto que es una profesión trasversal y a raíz de la nueva reconceptualización nos mantenemos firmes defendiendo nuestro enfoque de empoderamiento social siendo éste el motor funcional para el desarrollo humano desde la acción y la teoría.
¡Muchas gracias!
Mary Aguilar
Lic. en Trabajo Social
Paraguay
E-mail: maryquiro43@gmil.com